1. Introducción a Melon-Enzyme.
Enzyme (antiguamente conocido como Melon) es un protocolo, que a pesar de estar poco capitalizado y bastante penalizado por el mercado, forma parte de las mayores innovaciones del ecosistema. Básicamente Enzyme es un protocolo de gestión de activos, lo que en finanzas tradicionales definimos como “Fondos de Inversión”. De alguna manera Enzyme sirve como plataforma base para la creación de los fondos de inversión del futuro o los “Crypto Fondos”.
La industria de los fondos de inversión es de las más tediosas de todo el mundo financiero, estando exageradamente reguladas. No digo que esto sea malo, ya que estas regulaciones tienen el objetivo de garantizar la transparencia en la operativa de estos fondos, para evitar grandes estafas (como ya han habido) o que los gestores de los fondos actúen mirando por su propio interés y no el interés de los socios participantes. Al final, esto es crítico ya que otra persona tiene el poder sobre fondos de muchas personas, y es fácil ver que es necesaria dicha regulación.
Esta muralla regulatoria, aunque necesaria, hace que toda la industria sea lenta, poco ágil y muy poco eficiente. Sin contar que para crear un fondo los tiempos suelen ser largos (mínimo unos seis meses) y que los costes asociados a la creación y la gestión del fondo son exageradamente altos. Esto provoca que solo unos pocos privilegiados puedan acceder a esta industria y que esta sea poco accesible para la mayoría de gente. Es más, la mayor parte de los clientes de los fondos de inversión suelen ser gente adinerada.
Enzyme llega entonces para revolucionar para siempre este sector, ya que por primera vez existe la opción de crear un fondo en aproximadamente 10 minutos y con unos costes de creación y gestión insignificantes en comparación a lo que se necesitan para crear un fondo tradicional. De hecho, este coste está directamente asociado al coste del gas en cada momento, ya que no hay ninguna comisión por crear un fondo, sino que lo único que hay que hacer es deployar sobre la red de Ethereum un conjunto de contratos.
Estos contratos son los que permiten crear unas normas de transparencia absoluta, además de poder limitar la operativa de los fondos para poder dar absoluta seguridad al inversor sobre dónde está invirtiendo. Enzyme pretende convertir los fondos de inversión en algo accesible a todo el mundo, ya que ahora es posible participar en un fondo con tan solo 10€ o menos, además de poder entrar y salir de él cuando quieras. Hoy esto es impensable, ya que no solo tus acciones dependen siempre de un tercero o un intermediario, sino que son muy poco flexibles, y siempre siempre vas a necesitar pasar por un lento y tedioso proceso de verificación.
Con Enzyme los gestores de fondos no necesitan saber quién eres, puedes invertir usando solamente Metamask. Y si esto no fuera poco, debemos recordar que está construido sobre una Blockchain así que todo, y cuando digo todo es todo, es auditable al 100%, aportando un nivel de transparencia sin precedentes. Enzyme ha revolucionado de una forma espectacular una de las industrias con más peso del mundo financiero.
2. Operativa para inversores.
El proceso para los inversores que quieren participar en un fondo es muy sencillo. Entrando en la plataforma de Enzyme puedes analizar cada uno de los fondos, ver sus portafolios, qué tokens tienen comprados y en qué proporciones / cantidades, cuáles son sus comisiones por el “performance” (es decir, cuanto te cobra el fondo por los beneficios que te haya generado) y cuáles son las “rulesets” aplicadas. Las rulesets son unos smart contracts que permiten limitar la operativa del fondo. Por ejemplo, hay una ruleset que imposibilita al fondo exponer su portafolio en 1 solo token. Analizando las normas que ha aplicado el fondo un inversor puede estar más tranquilo y seguro a la hora de invertir, porque esas normas están integradas al fondo por defecto.
Por ejemplo, analicemos el Alchemy Fund:
En la imagen podemos ver la evolución del fondo durante un periodo de tiempo, el nombre y el precio de cada participación. Al invertir, el gestor del fondo habrá determinado anteriormente los tokens que puedes usar, que normalmente son: DAI, MLN, ETH, wBTC y USDC. En la barra lateral puedes también obtener información sobre la performance del fondo.
Aquí podemos ver a nivel mensual cuales han sido los resultado del fondo.
La distribución del portafolio, tanto en porcentaje como en capital invertido también está disponible. De hecho, el nivel de transparencia es tal que también podemos conocer su historial de inversión, todos los movimientos de tokens y del portafolio que han realizado o incluso las “ruleset” que han aplicado (en este caso, este fondo no ha aplicado ninguna ruleset).
3. Operativa para gestores de fondos.
Para ser un gestor de fondos tan solo debes crear un fondo de inversión a través de Melon y usando Metamask para pagar los costes de gas al deployar cada contrato. Antes deberemos dar un nombre al fondo, determinar el “management fee” (cuánto queremos cobrar a los participantes del fondo por los beneficios) y el período de tiempo en el que se cobran las performance fees, que suele ser cada 90 días. Estas fees se cobran por “gota de agua”, es decir, si he invertido 100 y ahora tengo 110, me cobrarán una comisión de esos 10 de beneficio. Pero si el mercado cae y ahora dispongo de 101, y el mes siguiente subo a 109, no me cobrarán nada: hasta que no supere los 110$ en beneficio no se comprará ninguna otra performance fee.
Acto seguido deberemos deployar 9 contratos, lo que nos puede llevar entre 10 minutos y 1 hora (aunque esto depende del coste del gas y lo congestionada que este la red de Ethereum), y los costes de creación siempre van a depender del coste del gas en cada momento. Y quiero remarcar que aunque el gas esté alto y tardemos 1 hora en crear un fondo, el coste total rondará los 300 $; en comparación a cómo funciona en el mercado tradicional, sigue siendo insultantemente barato. No debemos olvidar que estos 9 contratos están creando un framework que nos permite operar como fondo de inversión, algo que en el mundo tradicional necesita de cientos de miles de euros y muchos meses de trabajo, burocracia y papeleo.
Una vez consolidado, habrá que determinar el ruleset del fondo -si es que hay- y finalmente ya estará listo para invertir. Los inversores comprarán participaciones del fondo, cuyo precio dependerá del capital total depositado y el rendimiento del fondo.
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