En un mundo cada vez más digitalizado, la línea entre lo virtual y lo real se convierte cada vez en algo más difuso. Al igual que sectores como el de la moda o el arte, el de las inmobiliarias se está abriendo paso en el mundo digital o metaverso para poner a cotizar ahí sus propiedades.
El mercado inmobiliario siempre ha sido uno de los más rentables a la hora de las inversiones, gracias al pensamiento generalizado de que el ladrillo nunca puede perder su valor. En el mundo actual digital, este concepto ha ido evolucionando a medida que se desarrollan nuevas tecnologías como la Blockchain y el Bitcoin.
Muchos gigantes empresariales ven en el metaverso la posibilidad de crear un nuevo mundo donde las personas puedan interactuar y realizar actividades en línea, desde ir a un concierto hasta comprar una obra de arte. Míralo como un mundo paralelo al nuestro, en el que realizas las mismas actividades que haces diariamente en el mundo real, y en algunos casos otras cosas que ni en nuestro propio mundo te puedes permitir.
El mundo del metaverso
Desde que el concepto de metaverso apareció por primera vez en 1992, ha habido diferentes descripciones y aplicaciones respecto a este nuevo mundo. En un principio se describió como un espacio virtual colectivo compatible y convergente con la realidad. Para acceder a este mundo eran necesarias unas gafas que te permitían aparecer como un avatar dentro de ese mundo virtual y otorgaban la capacidad de moverse en ese entorno.
Este concepto se ha ido desarrollando paralelamente a otras tecnologías, y ahora es una realidad a la que puede acceder cualquiera que esté interesado. Pero no por mucho tiempo, pues este universo virtual está ganando mucho reconocimiento por parte de empresarios como Mark Zuckerberg o gigantes de la moda como Gucci o Balenciaga.
El interés por este mundo digital aumentó aún más cuando Mark Zuckerberg anunció que Facebook pasaría a transformarse en Meta, un esfuerzo por capitalizar esta frontera digital.
Según Grayscale, una de las compañías más grandes de inversión en cripto, el mercado global de bienes y servicios en el metaverso pronto alcanzará un valor de un billón de dólares. El capital a través del cual se hacen todo tipo de transacciones en este universo digital son las criptomonedas, debido a que las finanzas del metaverso están impulsadas por la tecnología blockchain.
Cualquiera que disponga de criptomonedas, puede intercambiar o comprar arte, música e incluso casas con NFT. Un NFT es un certificado digital de propiedad y autenticidad, que indica que un contenido es único y los derechos de propiedad los tiene la persona que lo ha adquirido.
Durante los últimos meses, el volumen de transacciones de bienes raíces comerciales en este mundo digital se ha disparado notoriamente.
Real Estate en el metaverso
Si os estáis preguntando si el mundo del real estate tiene alguna relación con el metaverso, ya os puedo confirmar que sí. No sólo eso, sino que el sector inmobiliario es uno de los que más está triunfando dentro de este mundo digital.
Factores como la tecnología blockchain y los NFT, activos de propiedad única, son los que garantizan que las transacciones se puedan llevar a cabo de manera efectiva en el metaverso. Los terrenos virtuales en este universo digital tienen un uso casi igual al que les damos en el mundo real: invertir, desarrollar productos y servicios o para el disfrute personal.
Según Decentraland, una empresa dedicada a gestionar y vender propiedades en estas ciudades virtuales, se han vendido más de 50 millones de dólares entre terrenos, avatares, propiedades y complementos en el metaverso. La compañía ofrece la posibilidad de un nuevo universo virtual, donde cada usuario tiene un avatar y puede realizar diferentes acciones como participar en eventos o reunirse virtualmente con otros usuarios. La gran novedad de este metaverso es que sus propiedades están ligadas a la tecnología blockchain y se ofrecen en NFT para demostrar que esa propiedad pertenece únicamente al comprador.
Esta empresa creó en 2017 Genesis City, una ciudad virtual del tamaño de Washington DC, que tiene 900.000 parcelas y algunas de ellas han sido vendidas por más de 200.000$ en criptomonedas.
Javier plazas, consultor experto en lujo y transformación digital, asegura que: “Estamos en una fase similar a cuando empezó el ecommerce, y muchos pensaban que sería imposible comprarse un zapato sin probárselo; el metaverso va a revolucionar nuestra forma de interactuar, de comprar y de socializar”.
Property ha sido una de las primeras empresas en ofrecer servicios de real estate dentro del metaverso. Como si se tratara de una consultora web, la firma está ofreciendo parcelas en Decentraland, pero también en otros universos como Sandbox, Upland, Somnium o Cryptovoxels.
Esta firma también ofrece otro tipo de servicios, además de la compraventa de parcelas, como el desarrollo de proyectos, gestión de propiedades o marketing. Ha desarrollado un proyecto de inversión denominado Reit, donde ha informado sobre la creación de un fideicomiso de inversión inmobiliaria con respecto a las ciudades virtuales mencionadas anteriormente.
De esta manera, brinda al inversor una exposición directa a los bienes raíces de los metaversos, y garantiza la propiedad de un bien raíz virtual a través de un NFT o un token.
Así pues, nos encontramos con una nueva manera de adquirir e invertir en propiedades real estate. Una parcela de 42.000 metros cuadrados dentro del metaverso se puede vender por 572.000 dólares (de hecho, este caso es real).
El futuro del mundo real
Según Xakata, algunos defensores de estos metaversos están comparando la compra de propiedades y terrenos virtuales con la lucha por los nombres de los dominios de los inicios en Internet. Expertos ya confirman que el futuro del sector inmobiliario estará en estas parcelas virtuales, y que aquellas propiedades que se encuentren en zonas muy demandadas como el centro, se convertirán en la primera búsqueda y objetivo de los internautas.
Aunque el número de inversores aún tiene unas cifras bajas, las cantidades que se invierten son bastante altas. En el mundo actual donde gran parte de las relaciones sociales e incluso profesionales se realizan a través de las redes sociales, no se contempla como algo extraño que el futuro - no sólo del sector inmobiliario, sino de todos los ámbitos de nuestra sociedad – se desarrolle dentro de estos universos virtuales.
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