En el último post vimos y entendimos la parte más técnica en el funcionamiento de Bitcoin relacionada con la inmutabilidad de Blockchain, el algoritmo PoW, el sistema de incentivos y la dificultad de cómputo de la red. Acabamos identificando por qué estos elementos combinados hacían de Bitcoin una red de transmisión de valor con tanta fuerza, y acabamos introduciendo el concepto de dinero sólido; en esto me voy a centrar hoy, seguramente el concepto más disruptivo que propone Bitcoin.
Lo que hace de Bitcoin algo único e increíblemente revolucionario es que probablemente es la forma de dinero más sólida que hemos tenido nunca. Como humanos que "comerciamos" necesitamos tener dinero; es lo que permite transmitirnos valor y en consecuencia civilizarnos. Podríamos incluso decir que el dinero es una de las tecnologías más antiguas que tenemos como especie (existe desde hace más de 500.000 años), y fue a raíz de él donde el incentivo para colaborar y civilizarnos fue superior al hecho de ser hostiles entre diferentes tribus nómadas.
Características del dinero
Estamos acostumbrados a que sea un estado el que dicte qué es y qué no es dinero. Es más, es justo que nos preguntemos ¿qué hace que algo se convierta en dinero? Principalmente son tres características:
- Valor reserva: Propiedad presente en una mercancía capaz de conservar su valor a lo largo del tiempo. Está vinculado a la escasez y al aumento anual de la masa monetaria de esa mercancía. El oro, por ejemplo, se ha utilizado durante milenios como valor reserva porque además de ser escaso, su ratio de aumento de masa monetaria anual siempre ha sido estable entre el 1% y el 1,5%. No importa cuánto inviertas o cuánto suba el incentivo de minar (puede haber subido el precio del oro) está históricamente demostrado que no se encontrará más de 1-1,5%. Esto hace que sea una buena mercancía para conservar valor.
- Medio de cambio: Una mercancía que se pueda utilizar para comerciar y que la gente acepte como medio de pago.
- Unidad de cuenta: Mercancía que sirva para medir el valor de bienes y servicios y permite calcular pérdidas y ganancias.
En función de cómo de bien cumpla estas características, siendo el valor reserva la más importante, podemos encontrar formas de dinero sólidas o débiles. Las sólidas suelen ser aquellas que no se devalúan, y que pueden durar años incluso siglos como valores reserva de confianza. Todo lo contrario que las monedas débiles.
Es lógico que como sociedad escojamos una moneda sólida para desarrollar nuestro sistema económico, aunque deberíamos preguntarnos ¿quién escoge qué forma de dinero se va a usar a partir de ahora? o ¿quién fue el primer que dijo que el oro era a partir de ese momento considerado dinero? La respuesta es nadie. El dinero no se convierte el dinero porque alguien lo diga, lo escogemos de forma natural, porque cumple su función correctamente. Las monedas más sólidas tenderán a ganar protagonismo y desplazar a las débiles porque aportan más beneficios a los usuarios y a la sociedad en general. Las monedas impuestas -que no han nacido en el libre mercado- suelen ser monedas débiles, que no cumplen su función principal de almacenar valor de forma correcta. Hablar de la historia del dinero es sin duda algo interesante, aunque dejaremos esto para otro post.
Lo que está claro es que necesitamos algo para usar como dinero; sin ello sería prácticamente imposible vivir en sociedades civilizadas. Hoy la forma de dinero más usada es el Dólar Americano, el Euro o la Libra, pero son escogidos porque son la opción menos mala. El objetivo del dinero es poder trasladar y guardar valor en el tiempo. Una moneda que se devalúa anualmente y que está controlada por una entidad central nunca será una forma sólida de dinero. Pero la verdad es que hasta ahora no disponíamos de ninguna otra forma de dinero, adaptable al comercio actual, que cumpla correctamente las funciones que se esperan de algo utilizado como dinero. El oro es una gran mercancía para guardar valor, pero es físico, pesado y difícil de dividir. Quizá sí haya algo, aunque de momento siga siendo un experimento: Bitcoin.
Bitcoin como nuevo dinero
Bitcoin por primera vez aporta un tipo de moneda digital, con alcance global y con una escasez sin precedentes. Es el primer activo de la historia en ser realmente limitado y eso implica un cambio que aún no somos conscientes de la fuerza que tiene. Hay un tratado económico publicado por Julian Simon llamado “el último recurso” donde específica que no hay forma de saber cuánto hay de una mercancía concreta, ya que nunca en la historia hemos dado con algo que fuera finito al 100%. Incluso el oro, uno de los elementos más escasos de nuestro planeta, sigue aumentando su oferta monetaria entre un 1%-1,5% anualmente. Según Simon la única forma de medir la cantidad de algo era comparar cuánto tiempo teníamos para extraerlo. Bitcoin por primera vez ha creado la escasez real, solo van a existir 21 millones de Bitcoin. Ni uno más.
Esto no solo es escasez digital (nunca visto hasta ahora, ya que todos los elementos digitales son duplicables), sino que además es el único elemento verdaderamente finito en el mundo aparte de nuestro tiempo. No ha existido jamás una mercancía capaz de almacenar valor de una forma tan exitosa como Bitcoin. Esta solidez en la moneda aún no se percibe por parte de la gente, sobre todo porque nos encontramos a unos meses antes del tercer Halving, y por tanto, el aumento monetario en Bitcoin es del 3,8%. A partir de mayo-junio de este año será de 1,7% y a partir del 2024, ya será menor al 1%. Será en 7-8 años cuando la solidez de esta moneda será evidente, y el mundo empezará a preguntarse si prefieren mantener su valor en una moneda FIAT (supuestamente con una inflación del 2% anual, cosa que dudo después del aumento en la agresividad de las políticas inflacionarias para tapar los agujeros de la crisis financiera de 2008 o para superar el reto del Coronavirus; esta semana la Reserva Federal Americana anunció una inyección de 700.000 millones de dólares), o en Bitcoin. Ciertamente, infravaloramos el poder de la escasez que tiene Bitcoin. Recuerde esto el lector: hay más millonarios que Bitcoins en el mundo, así que no todos podrán tener 1 BTC por mucho que quieran.
Las teorías Neokeynesianas (predominantes actualmente) piensan que una pequeña inflación y una moneda controlada por el gobierno es la mejor opción. Aunque no es difícil pensar así cuando todos los gobiernos están incentivados en tener esta opinión. Les permite obtener recursos de la nada a expensas de reducir el valor adquisitivo de la moneda, empobreciendo indirectamente a toda la población. Las monedas FIAT son un monopolio local, que se nos impone de forma obligatoria, sin contar la dependencia que obliga a tener con el sistema financiero, capaz de bloquear cuentas, congelar transacciones y no autorizar el retiro de TU DINERO que has ganado con TU TIEMPO y ESFUERZO. Es paradójico cómo estamos en contra de los monopolios empresariales y en cambio aceptamos con ilusión el monopolio más grande e injusto de todos, el control total de la moneda por los Bancos Centrales. Bitcoin es un fenómeno nacido del libre mercado, que gracias a su naturaleza descentralizada nos aporta libertad monetaria a cualquier ciudadano del mundo. Sin ninguna duda estamos delante del experimento más exitoso que hemos vista desde la economía austríaca.
El dinero es un producto como cualquier otra cosa, simplemente más liquido y usado como medio de intercambio, y no creo que tengamos nunca un capitalismo verdadero y un mercado verdaderamente libre hasta que el dinero provenga del propio mercado libre, y no monopolizado por el Gobierno.
En cierta manera lamento que la mayoría de gente culpe al capitalismo por haber creado una sociedad consumista y orientada al corto plazo. La realidad es que una moneda débil como son las FIAT nos incentivan a gastar y no a ahorrar, ya que si guardas tu riqueza en dinero, esta va a perder poder adquisitivo cada día. Como resultado, nos hace ser individuos enfocados más al corto plazo, a la deuda y al consumo sin sentido. Un concepto excelentemente descrito por Saifadean Ammous en su libro “El patrón bitcoin”. Él lo denomina “preferencia temporal”, es decir, cuánto valoramos el futuro respecto el presente. Una de los aspectos psicológicos más importantes en la economía y que tienen una relación directa con el tipo de moneda que predomina en la sociedad.
Perspectivas largoplacistas del dinero
Debemos partir de la idea que el dinero tiene una importancia abismal en la sociedad, es el pilar de las civilizaciones y en función de sus características, el comportamiento humano tenderá a ser de una manera u otra. Si tenemos una moneda finita que tiende a aumentar / conservar eficazmente su valor porque no se puede manipular, tendemos a valorar más el futuro; precisamente porque con el dinero que tenemos hoy podremos comprar más cosas en un futuro, ya que su valor habrá aumentado gracias a su escasez. Si en cambio tenemos una forma de dinero infinito que tiende a perder su valor con el tiempo tendemos a mirar más a corto plazo. A gastar hoy y no mañana. A endeudarnos y a no ahorrar. Y es lógico, ya que el valor del dinero será menor en el futuro. Si no gasto hoy el dinero que tengo, podré adquirir menos bienes en el futuro, y si me endeudo en lugar de ahorrar será mejor, ya que el valor a retornar a futuro será menor. Y esto trasladado solo a nivel económico, pero la influencia de la moneda se va también el la cultura, el arte, nuestros modales, nuestras relaciones, nuestros valores... Una moneda sólida puede aportar mucho en una sociedad, no solo "libertad" monetaria.
El predominio de una forma de dinero controlada y débil en nuestra sociedad ha deteriorado y generado grandes cambios en la economía. Un claro ejemplo es que se ha roto la relación entre inversión y ahorro. Ahora las empresas, a pesar de no ser competitivas se pueden mantener a flote gracias a la obtención de financiación. Incluso vemos en las bolsas crecimientos irreales surgidos de la “ingeniería financiera” donde las propias empresas llegan a gastar el 80% de su cash-flow en recomprar acciones (del 2010 al 2019 las empresas del índice SP500 gastaron de media el 52% de su cash-flow en recompra de acciones), buscando beneficios a corto plazo e irresponsabilidad a largo plazo. Aunque supongo que es normal, con una moneda que incentiva el comportamiento cortoplacista y con un gobierno capaz de rescatar empresas creando dinero de la nada, vale la pena arriesgarse... Lo peor es que incluso hay empresas que han utilizado dinero prestado para recomprar acciones. Esto se debe a que las grandes empresas con capital son las primeras en tener acceso al “nuevo dinero” pudiendo recomprar acciones con él. En consecuencia el valor total de la empresa sube y la economía parece que prospera, eso sí, sin haber un aumento de productividad o incluso haber bajado. Esto no puede pasar con el oro o el Bitcoin.
Tranquilo, no hemos acabado, este tema da para más. No vemos en el próximo post!
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